domingo, 4 de mayo de 2008

REPORTAJE DE OLE A SILVIO VELO Y MARTIN PALERMO

PREVIO AL GRAN SUPER CLÁSICO DEL FÚTBOL ARGENTINO, OLE JUNTO A DOS GOLEADORES ESTUPENDOS, ORGULLOSAMENTE PARA LOS SAMPEDRINOS UNO ES SILVIO VELO
Esta es la nota:
Vos hacés un montón de goles, ¿no?

-Más o menos como vos.

Se saludan y, sin introducción mediante, como si se conocieran sin conocerse, el tema surge solo, inmediato, espontáneo. Ellos, los goleadores, suelen tener ese sexto sentido que los une, los identifica. Por eso, Martín Palermo pregunta y Silvio Velo devuelve, hablan de par a par, sin diferencias. Cada uno a su manera, vive del gol. Uno los hace en Boca. Y el otro en River, aunque su corazón de hincha sea azul y amarillo y se lo conozca, sobre todo, por ser la figura y el capitán de la Selección Argentina de no videntes. Por eso la charla en Casa Amarilla se vuelve amena y recuerda, ahí mismo, el día que el Loco fue un Murciélago más, en el verano, justo en un superclásico.

Velo: ¿Te acordás cuando metiste el gol colgado del travesaño? Esa trampita se la dedicaste a los Murciélagos, ¿no?

Palermo: Ja, ja, claro que me acuerdo. Y sí, fue para ustedes, je.

Velo: ¿Y ahora? ¿Cuántos goles le vas a hacer a River esta vez: uno, dos...?

-Ojalá que sea al menos uno y que ganemos. Eso es lo más importante.

Al fin de cuentas, al goleador de los Murciélagos lo traiciona el hincha que lleva adentro, por más que a la hora de convertir festeje con los colores del clásico rival. "Y bueno, hace tres años que juego en River, pero 36 que hincho por Boca", aclara con razón este padre de cinco hijos (Nadia, Florencia, Giuliana, Lautaro e Isaías) y con una esposa de nombre famoso: Claudia. "Lógico, si yo soy el Maradona de los Murciélagos, ¿cómo se iba a llamar mi mujer?", se divierte Silvio.

Antes del encuentro con Palermo, es Palacio quien se acerca a hablar con él. Y como cualquier colega lo haría, Rodrigo le pregunta por el campeonato y se interesa cuando el delantero bicampeón del mundo (en el 2002 en Brasil y en el 2006 en Argentina) le cuenta que está operado de las dos rodillas y a punto de volver a la canchas. Pero la aparición de Martín centra la charla en los goles. Y en eso de convertir, el goleador de los Murciélagos también tiene su propio récord. "Yo también debo andar por los 180 goles... No soy de llevar la cuenta, pero no estoy lejos de esa cifra", le cuenta al 9 de Boca que, cruzado de brazos, le presta atención.

Eso sí, a la hora de definir estilos, aun siendo goleador, Velo se siente más cerca de Riquelme. Y en eso, las canchas de fútbol sala en donde se desarrollan los torneos para no videntes tienen mucho que ver. "Si yo jugara en cancha de 11 no sería tan goleador sino más armador. Soy de llevar la pelota, de jugar, como Román".

Silvio no estará esta tarde en la cancha para palpitar el superclásico en vivo, pero muchos de los Murciélagos estuvieron en la Bombonera en el partido de Copa ante Colo Colo. Y vivieron una noche extraordinaria. "Lógico que siempre vas con alguien que ve y que te cuenta algunas de las jugadas. Pero en la cancha de Boca tiene una particularidad y es que la pelota se escucha mucho. Un rechazo, una trabada, un tiro al arco... Hasta alcanzás a sentir mejor el momento del gol. Eso te permite imaginarte mucho más las jugadas".

A Velo le gustaría jugar alguna vez ahí, en la Bombonera (ya lo hizo en la Bombonerita), pero más le encantaría que Boca tuviera un equipo de fútbol para ciegos. "Ojalá eso ocurra alguna vez, así podría defender los colores del cual soy hincha". Palermo lo saluda y le desea suerte. Velo hace lo mismo con Martín y esconde en ese abrazo buenos augurios de hincha.

-Martín, ojalá que le ganemos a River.

-Ojalá, Silvio, ojalá...

NOTA Y FOTO DE DIARIO DEPORTIVO OLE, DOMINGO 4 DE MAYO DE 2008